Lluvia de dólares en Detroit: el último deseo de un hombre generoso conmueve a toda una ciudad
En un acto tan insólito como emotivo, miles de billetes y pétalos de rosa fueron arrojados desde un helicóptero sobre la ciudad de Detroit, Michigan, como parte del homenaje póstumo a Darrell “Plant” Thomas, un empresario local que falleció el pasado 15 de junio a los 58 años a causa del Alzheimer.
El peculiar homenaje se realizó el viernes 27 de junio, tras su funeral en la Iglesia Bautista Misionera Mt. Zion, cuando sus hijos, Darell y Jonte, cumplieron su último deseo: devolverle algo a la comunidad que tanto amó.
Un adiós desde el cielo
Por un valor de 5.000 dólares, la familia contrató un helicóptero que sobrevoló la calle Gratiot Avenue, donde Thomas tenía su negocio, el Show Room Shine Express, un autolavado muy conocido en el sector este de la ciudad. Desde el aire, llovieron billetes y flores, en una escena que muchos describieron como “mágica”.
“Fue su última bendición para todos”, dijo su hijo, conocido como Smoke, a Fox 2 Detroit. “Tal vez el resto del mundo no lo conozca, pero para nosotros fue un gran padre y una leyenda”.
Reacción de la comunidad
El evento fue presenciado por decenas de personas que transitaban por el área. Algunos detuvieron sus autos, otros corrieron a recoger los billetes, y muchos simplemente observaron emocionados. La policía tuvo que cerrar temporalmente la calle, aunque no se reportaron disturbios.
“Todos recibieron un poquito”, comentó Lisa Knife, testigo del momento. “Fue realmente hermoso, no hubo peleas ni caos, solo alegría”.
Para Crystal Perry, sobrina de Thomas, esto fue más que un acto simbólico: “Él haría cualquier cosa por cualquiera. Esta fue su forma de agradecer”.
Un legado que trasciende
Darrell Thomas no solo era dueño de un autolavado, sino también un piloto de carreras profesional certificado por la National Hot Rod Association. Era ampliamente conocido por su espíritu generoso y su apoyo incondicional a los jóvenes y vecinos del Eastside de Detroit.
Hoy, su historia recorre el mundo como ejemplo de cómo la generosidad puede trascender incluso después de la muerte. Y en Detroit, lo recuerdan como una leyenda que —literalmente— hizo llover bendiciones sobre su gente.
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